martes, 3 de diciembre de 2013

Entre lágrima y lágrima

Con un espejo entre las manos, sólo pude dejarlo caer. Después cada paso era inevitablemente doloroso entre cristales, esos cantos afilados se abrían paso entre mi piel. La sangre enseguida hizo charco, como un círculo o barrera a mi alrededor, que dejaría claro que quien se acercase a mí quedaría manchado de esa sangre. Se veía tan oscura en ese suelo de madera. Se apoderaba de los surcos y las betas de ésta haciéndolos suyos a su paso. Emergida entre semejante estropicio, lo inevitable pasó, y sólo pude resbalar y caer. Ahora toda yo estaba cubierta de esa opaca sangre que ya no me pertenecía. Huía de mí, sangraba todo mi cuerpo. La impotencia de la quietud de mis músculos que, petrificados habían quedado ante semejante escenario invocó a las lagrimas, que en tantísimas ocasiones habían sido mis fieles compañeras. Ellas también se desprendían de mí, me nublaban la vista, me mojaban el alma.
Solo pude tenderme en el suelo a escuchar como todo ello salía inexorablemente de mí. A su paso se llevaba las fuerzas y las ganas de levantarme.

Entre lágrima y lágrima…



...pensé en tantas cosas.


lunes, 1 de julio de 2013

Cualquiera diría que ella estaba tomando el sol...

Cualquiera diría que ella estaba tomando el sol. Craso error.

Ella…. Ella… había conseguido sincronizar la apertura de su alma con el sonido de su corazón.

Ella encontró “el sonido” el suyo… en unas notas de piano…. No contaba una historia, ni decía nada, no tenía palabras…. Y no hacían falta.

Es como cuando lees un libro y te imaginas a los personajes; ves su ropa, como se mueven, como andan, que gestos o expresiones hacen, e incluso puedes imaginar su olor. Pero en el momento en el que ese libro se hace película toda esa magia se rompe.

Así que ella prefería no saber lo que ese “sonido” quería decir para el autor, había llegado a sus oídos, le había hecho sentir TANTO que ya era suyo. Contaba su propia historia.

Cualquiera hubiese pensado que ella estaba loca. Y de nuevo caería en error.

Ella… sumergida en “su sonido” no dejaba de reír y llorar de felicidad… tanto, tan desbordante que incluso estaba asombrada por tan sublime y colosal sensación. Carcajadas sumergidas en lágrimas interminables de una felicidad tan PURA… que las palabras de un diccionario parecen poder ser contadas con los dedos de una mano … .

jueves, 23 de mayo de 2013

Llorar con los ojos abiertos

Hoy. Hoy tengo ganas de escribirte, porque eres tu el que siempre me ha escuchado. Hoy tengo ganas de escribirte, para contarte todo lo que me ha pasado. Quiero decirte que he vuelto. He vuelto. Aunque creo que no volveré a ser la misma jamás. Vuelvo a poder ver el mundo con lo maravilloso de estos ojos que cerrados quedaron un tiempo.
Todo ese tiempo lo único que pude hacer con ellos fue llorar. Pero ahora lloro con los ojos abiertos. Con la mirada fija hacia algún lugar, casi el que sea. No importa. Vuelvo a ver. Ver, era lo único que yo poseía y desprovista de ello no quería más nada.
Te escribo a ti para variar y poder contarte algo bueno, lo único que me enorgullece de mi misma. Lo único en lo que creo aunque la gente no me crea. Lo que siento. Lo siento tanto, que no me importa estar sola en ese lugar. Por fin amigo no me haces falta, aunque solo sea en un lugar de mi vida.
En este, me gusta estar sola.
En este, siento como se ensancha eso que llaman alma,… y me desborda.