miércoles, 16 de junio de 2010

Lo que siempre buscamos

Todo el mundo buscamos la llamada alma gemela. Es alguien con quien la complicidad y comprensión es tan brutal y absoluta que arrastra todos tus pensamientos e inquietudes. Consigue hacer lo que nadie en el mundo puede hacer excepto el. El es el único que puede sacar eso de ti. Lo mejor de ti. Verte tal y como eres, tal y como siempre has creído que no te vería nadie por ser tan propio. Es esa voz que grita dentro de ti en ciertos momentos diciendo lo que debería pasar, implorando por que pase, o piense, o se dé cuenta. Hasta que… un día te ve. Alguien que no te podías imaginar se da cuenta de que estas gritando. Escucha tu yo interno, escucha la voz de tus pensamientos. Te ve. Total y completamente.
Estás desnuda ante sus ojos. Estas desnuda de pensamientos. Estas desnuda de mente, y nunca lo has estado. Notas cierta incomodidad agradable. Una parte de ti quiere huir, y la otra quedarse. Por miedo a lo arrebatadoramente sentido, por pánico ante todo lo que es capaz de ser visto.
Y en ese momento nacen un millón de pensamientos nuevos para ti, de preguntas nunca planteadas, de respuestas nunca logradas. En ese momento una liberación extraña llega a ti, y te arrastra cual huracán. Quieres hablarle, quieres escucharle, quieres quedarte mirando para transmitirle de la forma en la que solo puedes hablarle a él, por ser capaz de oírte. Con la mirada.

Todo esto siempre ha rebasado tu comprensión, y ahora está aquí, es cierto ocurre.
Él es esa persona que te hace sentir capaz de hacer todo lo que no creíste poder conseguir ni por ti ni por nadie, nunca.

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