sábado, 23 de octubre de 2010

Palabras...

Palabras que sin darnos cuenta afectan más de lo que esperábamos, ya sea para bien o para mal. Son verdaderas llaves para hacerte sentir tan feliz como nunca lo has estado, o tan descomunalmente mal que te pueden hacer llegar a pensar en el suicidio, en terminar con esta vida en la que hieren más que las armas ya que su herida es casi imposible de curar, y si lo fuese, siempre dejaría cicatriz.

Alguien en cierto momento puede tener el control de ti mismo solo con palabras. Te puedes sentir transparente y vulnerable, solo con palabras. Pueden ser capaces de atravesar y de llegar donde ni tu mismo has llegado, donde no has querido llegar, donde has tenido miedo de estar, donde no quieres volver jamás. Donde el dolor es algo tan real que se puede tocar.
Esas mismas palabras, pueden ser capaces de hacerte ver lo que oculto te había quedado siempre, de ayudarte cuando todas las puertas parecen cerradas, de consolarte, cuando en medio de la oscuridad gritas y lloras con absoluta desesperación. Son capaces de entrar en lo mas profundo de ti y salir con respuestas, capaces de… de casi todo.

Cuando me siento desesperada necesito transmitir. Siempre intento transmitir, pero en esos momentos lo noto tan necesario como el aire y tan natural como mi propia vida. Siendo en esos momentos en los que más puedo dar, también son en los que más me ayuda. Necesito darme a conocer, pero no como persona, por su trabajo y demás, sino como alguien sensible, con alma,… o como quiera que se pueda expresar.
Al igual que son importantísimas las palabras, lo son las personas que te las otorgan para que las escuches. Hay personas muy normales con palabras muy normales también, hay personas que te ayudan a levantarte, con otras te sientes protegido, y muchas más… Hay otras que son capaces de mirar dentro de ti sin tu poder hacer nada para evitarlo.
Hablare concretamente de estas últimas, yo he tenido la suerte de conocer a dos de estas personas. Se que al entrar dentro de lo que tu creías tuyo y de nadie más son capaces a veces de resultar incluso dolorosas. Pero es muy poco el dolor comparado con la ayuda involuntariamente que ejercen sobre ti. Involuntariamente, porque ellos son así, es su forma de ser, su forma de verte e increíblemente aciertan. Haciéndote de este modo sentir totalmente desnudo a su mirada, la mayoría de las veces esto es inquietante pero si sigues manteniendo contacto con estas personas pueden ayudarte como nadie, ya que profundizan en ti de un modo exagerado. Te pueden ayudar a superar cosas que creíste no superar jamás, como un trauma de niñez que tu ya tenias olvidado por el paso del tiempo y por lo arraigado que estaba ya a ti, a tu forma de ser, pero ellos son capaces de verlo tan fácilmente como lo ven todo.
Esas personas, casi siempre parecen lo que son y por lo general al poco de conocerlos. Son personas que con mucha facilidad pueden caer mal. Justo por esa facilidad que tienen para ver, para verte. Pero hay que saber valorarlo, ellos no lo hacen por meterse contigo simplemente te dicen lo que ven y como lo ven. En ese momento la mayoría de las personas se cerraría a la idea, ya que no suele gustar que entren en ti y menos tan pronto y con la tremenda facilidad que les caracteriza.

Gracias a esas palabras, se pueden conseguir verdaderas maravillas. Gracias a todas esas palabras en el momento exacto, de la persona correcta y de la forma esperada… Puedes llegar a ser verdaderamente feliz. Porque la verdadera felicidad dura un muy corto espacio de tiempo. Hay que saber aprovechar la verdadera felicidad, para saber valorarla bien.

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