sábado, 17 de julio de 2010

Anhelo de mundo, de sensaciones...

Ganas de conocer de ver mundo, de masticarlo hasta creerlo propio, de dejar de soñar para comenzar a vivir, dejar de anhelar para realmente sentir.
Tengo ganas de volver a notar un escalofrío al contemplar algo que con palabras expresar no pueda. Y se me erice la piel, que se revuelva el estomago y mis músculos sean incapaces de desarrollar movimiento alguno. En ese momento. Segundo. Instante. Corto pero eterno, eternamente corto. Consigues notar y sentir todo lo que te rodea y escuchar hasta el más mínimo ruido. Percibir. Pero todos ellos en ese instante no importan, tu estas sumergido disfrutando de algo que solo ocurre contadas veces en la vida, (incluso hay gente a la que no le ocurre jamás) y sabes y sientes que tienes que aprovecharlo, no dejarlo pasar, profundizar hasta en lo mas oscuro para conseguir una paz inexplicable. Serenidad. Calma.

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