Me persiguen dos osos verdes, mojados, empapados. Llueve, llueve mucho, tanto que apenas me ven. Pero saben que estoy aquí y no se van, no se apartan, siguen de pie bajo la lluvia a la espera de algo que no llegará. A mi pesar. No lo hará.
Ellos me miran fijamente. No se creen lo que esta pasando.
Ellos ven como se desvanecen sus esperanzas.
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