martes, 13 de abril de 2010

La carta de mis pensamientos, de mis sentimientos

Perdona.
Mis más sinceras disculpas por hacerte esto. Por que esto ocurriese así. Lo lamento tanto.
Te he amado mucho. Yo tampoco me puedo explicar esto. Yo tampoco me lo llego a creer. Yo también sigo esperando despertar de esta extraña pesadilla. Tan irreal. ¿Cómo puede ser que no te ame? ¿yo a ti? Es demasiado extraño.
¿Cómo pude ser que me imagine tu sonrisa y no se me ilumine la cara? ¿Cómo puede ser que conciba las noches y los días en los que tu no estás? No me lo explico. No puedo llegar a entenderlo. Por eso tampoco espero que tu lo entiendas.
¿Como puede ser que todo lo que me recuerda a ti no me cause unas irremediables ganas de verte? ¿ que pueda imaginarme una vida o un mundo en el que tu no estés?
... Tu nombre sigue siento tan importante para mi. Pero ya no significa lo mismo. Ya no. A pesar de todo sigue siendo el nombre que yo le pondría a mi hijo. Por lo que he sentido pronunciándolo, por lo que he vivido mientras nacía una y otra vez de mis labios.
¿Cómo voy a amar a otra persona que no seas tu? No le encuentro explicación alguna.
Me encantaría que hubieses sido la última persona a la que le hubiese hecho tanto daño. Daría lo inimaginable por que ese dolor no te lo hubiese causado yo. Y por ser yo la que lo sufre en tu lugar.
Esta, al igual que todas mis cartas y escritos hacia ti, son mis palabras más sinceras, mis sentimientos más reales expresados para ti.

Lamento tanto todo lo ocurrido. De verdad.

De todo corazón, te he amado con toda mi alma. Y de la única forma que sé.

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